La subcontratación puede ser una herramienta eficaz para enfrentar el desempleo juvenil en Chile, que actualmente se encuentra en un preocupante 21,4% según el INE en el trimestre móvil mayo-julio de 2024. Este régimen permite a las empresas flexibilizar su estructura laboral y contratar personal especializado sin asumir directamente los costos fijos de la contratación tradicional, lo que abre nuevas oportunidades para los jóvenes que buscan insertarse en el mercado laboral. 

Una de las principales ventajas de la subcontratación es que permite a las empresas cubrir necesidades específicas de manera rápida, lo que fomenta la contratación de talentos jóvenes que pueden aportar ideas frescas y energía renovada a los equipos de trabajo. Asimismo, los programas de subcontratación pueden incluir capacitación y desarrollo profesional, facilitando la adquisición de nuevas habilidades y mejorando la empleabilidad de los jóvenes a largo plazo. 

Para los jóvenes, la subcontratación representa una puerta de entrada al mundo laboral que les permite ganar experiencia, establecer redes de contacto y demostrar su talento en un entorno profesional. Esto no solo mejora sus perspectivas de empleo futuro, sino que también contribuye a reducir las tasas de desempleo juvenil al generar trabajos en sectores con alta demanda de mano de obra. 

Las empresas, por su parte, también se benefician al contar con equipos flexibles y adaptables, capaces de responder a los cambios del mercado sin la carga de contratos permanentes. Esto es especialmente relevante en un contexto de incertidumbre económica, donde la capacidad de ajuste es clave para mantener la competitividad. 

En resumen, fomentar la subcontratación como parte de la estrategia de contratación juvenil no solo ayuda a disminuir las tasas de desempleo, sino que también fortalece el ecosistema laboral al integrar nuevos talentos y habilidades que impulsan la innovación y el desarrollo en las organizaciones chilenas.